"Terrorismo Mapuche": manipulación mediática del conflicto
En los últimos días las miradas estuvieron enfocadas en los pueblos originarios, objeto de discursos cruzados y noticias engañosas. Entre golpes, palazos y balas de goma, los mapuches fueron acusados de “guerrilleros” y “terroristas”. En medio de la represión y la desinformación, la desaparición de Santiago Maldonado. ¿Qué reclaman y que denuncian los mapuches? ¿Qué rol tiene el Estado en el reconocimiento de los pueblos originarios? ¿Cómo juegan los medios de comunicación?
El pasado lunes 31 de julio nueve personas fueron detenidas en Río Negro mientras protestaban pidiendo la libertad del referente mapuche Facundo Jones Huala. La plaza Lavalle, frente a Juzgado Federal de Bariloche, fue el escenario donde Gendarmería Nacional junto a la Policía de Seguridad Aeroportuaria, el Cuerpo de Operaciones y Rescate (Coer) y Policía de Río Negro llevaron adelante un operativo represivo a fuerza de gases lacrimógenos y palazos.
Un día más tarde, el 1º de agosto, las mismas fuerzas irrumpieron en la comunidad mapuche “Pu Lof”, localidad de Resistencia, Chubut para desalojar. Con la excusa de intervenir por posibles cortes en la ruta, destrozaron el campamento quemando frazadas, colchones y ropa, llevándose documentación de personas, herramientas de trabajo, libros y revistas. El operativo terminó con nueve personas heridas y varios detenidos, de acuerdo con lo expresado por Andrea Millañanco, vocera del Pu Lof, a la Agencia de Noticias Redacción (ANRed).
Además, el campamento fue el último lugar en donde se vió con vida a Santiago Maldonado, joven bonaerense adherente a la causa mapuche. De hecho, fue la desaparición del mismo lo que hizo “noticiable” una represión igual a tantas otras represiones ilegales y violentas sufridas por esta comunidad.
El conflicto no es nuevo. A este episodio se le suman otros como, por ejemplo, la brutal represión que dejó tres heridos de bala de plomo en enero de este año. O la propia detención de Jones Huala efectuada el pasado 27 de junio a pesar de haberse declarado nulo el juicio llevado en su contra. Sucesos que la comunidad mapuche sufre desde marzo de 2015, cuando iniciaron la recuperación del territorio de Vuelta del Río, una de las estancias apropiadas por la multinacional textil italiana Benetton.
Lejos de tratarse de hechos aislados, cada uno de ellos da cuenta de una persecución a los pueblos originarios. Persecución reforzada por declaraciones de la Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que afirmó que la organización terrorista de Jones Huala tiene financiamiento inglés. Persecución justificada desde algunos medios masivos de comunicación con la utilización términos como “guerrillas mapuches” o “terroristas”.
Los últimos hechos ocurridos en el sur de nuestro país ponen de manifiesto la realidad de los pueblos originarios: la situación de exclusión y marginalidad, la deslegitimación de sus reclamos y la falta de reconocimiento cultural y territorial. A todo ello debemos agregar los golpes, las balas y la violencia física, simbólica y mediática, la desinformación, descalificación y estigmatización.
En medio de toda esta situación se conmemoró el Día Internacional de las Poblaciones Indígenas, celebrando los 10 años de la declaración que “protege” sus derechos. En nuestro país, sin embargo, no hay nada que celebrar mientras los pueblos originarios tengan que luchar contra su disciplinamiento por parte del Estado, los medios y las empresas extranjeras.