Una y Uno
La paridad de género ya es ley en nuestro país. En una madrugada histórica, la Cámara de Diputado de la Nación aprobó por amplia mayoría el proyecto que promueve su implementación en las listas de candidatos a legisladores nacionales. De esta manera, en 2019 las argentinas y los argentinos tendremos garantizado el 50% de representación femenina en el Congreso.
Las mujeres somos la mitad de la fuerza de trabajo del país, pero cobramos menos que los varones y no se nos reconocen las tareas domésticas ni de cuidado. Somos el 60 % de las estudiantes y graduadas de las universidades nacionales, sin embargo no ocupamos puestos jerárquicos en empresas, pymes y administración pública. Somos más de la mitad de la población del país, no obstante tenemos escasa representación política, por ejemplo, ocupamos solo el 24% en tribunales superiores y el Poder Judicial.
La lista sería casi interminable. Las mujeres sufrimos a diario la violencia propia de los llamados micro machismos. Por eso hoy celebramos la sanción de la Ley de Paridad de Género. La madrugada del jueves 23 de noviembre será recordada por miles de feministas como un avance en sus luchas.
El proyecto había sido votado el año pasado en el Senado y contaba ya con el dictamen de la comisión de Asuntos Constitucionales. Aunque no había acuerdo previo para su tratamiento, gracias al consenso y la exigencia de las diputadas de los diferentes bloques la Ley de Paridad de Género fue votada de urgencia y aprobada por una amplia mayoría de 165 votos a favor y 4 en contra. Una vez más la unión de legisladoras logró un gran paso para garantizar la igualdad de oportunidades. En ese sentido, recordemos que 1991 se determinó el 33% de cupo femenino gracias a que las mujeres trabaron la discusión de presupuesto y obligaron a tratar esta ley,
Con esta nueva sanción y a partir de las próximas elecciones parlamentarias de 2019, las listas de candidatos deberán estar conformadas por un 50 % de mujeres, intercaladas sucesivamente con los candidatos varones. El avance no es menor, implica que cuando se efectivice la próxima renovación parlamentaria la representación femenina subirá del 33 al 50 por ciento.
Pero aún nos falta. Nos faltan políticas públicas con perspectiva de género, una discusión real para la legalización del aborto y la efectiva implementación de la educación sexual integral. Nos falta mayor presupuesto para la asistencia a víctimas de violencia de género y la declaración de emergencia nacional porque en nuestro país muere una mujer de cada 30 horas.
Esperamos que la Ley de Paridad de Género sea un paso que determine y posibilite la discusión y el tratamiento de otros tantos proyectos necesarios y urgentes.